“El rock de la cárcel” hubiera sido la cereza del pastel, el colofón ideal ante los reclamos que miles de mexiquenses hicieron en torno al extraño enriquecimiento de Arturo Montiel Rojas y la ofensiva tolerancia mostrada por Enrique Peña Nieto.
Pero el grupo Factotum decidió hacer un homenaje a “Las Víctimas del Doctor Cerebro” y le tundieron con todo a la batería, guitarra y bajo, mientras la gente coreaba “… y suena, suena, suena mi esqueleto…”, entrelazado todo con los gritos “Zapata vive y vive; la lucha sigue y sigue”.
Fue un día extraño, ayuno de nubes grises y viento helado. Contrario a los días que antecedieron, el cielo toluqueño mostró un tono azul panista que contrastó con las banderas rojas, blancas y amarillas portadas por los perredistaspetistasconvergentes que llegaron al corazón toluqueño acompañados de una tambora.
El tañer de las campanas, cerca de las 10 de la mañana, marcó el compás del arribo. Miles de banderolas rojas con letras amarillas de la UPREZ ondearon frente a Palacio de Gobierno en una cadena sinfín. Los simpatizantes del Frente Amplio Progresista (FAP) ingresaron por las cuatro caras de la ciudad: al norte por la Carretera Panamericana; al este, por la México-Toluca; al sur, por Pino Suárez; y al oeste, por la vialidad Adolfo López Mateos.
En el estrado, el grupo de rock probó su sonido. Émulos del “Mastuerzo”, iniciaron la tocada para que la gente empezara a entrar en calor, mientras abajo todos empezaron a gritar consignas contra los malos gobiernos.
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