Enrique Peña Nieto se preparó para el día más importante de este 2009. Ni siquiera el día de la elección del 5 de julio pasado, que era crucial para su futuro político representó tanto como este 5 de septiembre. Aún con la resaca del triunfo electoral de hace dos meses, Peña Nieto diseñó el escenario ideal para presentar una visión de Estado, aunque carente de una propuesta que convierta a México en potencia mundial.
En la noche anterior, resguardado por su equipo de seguridad, Peña Nieto visitó el Teatro Morelos que lucía vacío, y donde trabajadores en tapicería afinaban algunos detalles del alfombrado del inmueble que sería copado al día siguiente.
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