Ha pasado un mes de la inundación que afectó Valle Dorado, treinta días en los que el discurso oficial se trasladó a las pantallas televisivas, pero en los hechos, de acuerdo con los afectados, todo ha quedado en mera retórica.
La reparación de los daños en varias de las viviendas y principalmente del Emisor Poniente, se ha convertido en un mito, y es que alrededor del 20 por ciento de las 2 mil familias cuyas viviendas se inundaron, aún no reciben ningún tipo de apoyo.
Es por todo lo anterior que determinaron exponer las irregularidades que han padecido, y para exigir a los gobiernos federal y estatal que cumplan con el apoyo económico ofrecido.
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