La infiltración del crimen organizado a las estructuras policíacas vulnera frecuentemente la tarea de combate delictivo para la que están creadas, y pone de manifiesto acciones de corrupción, encubrimiento e impunidad en actividades ilícitas como el narcotráfico y el robo de mercancía.
En el Estado de México, las acciones tendientes a combatir este fenómeno han sido infructuosas pese al diseño de esquemas como el Centro de Control de Confianza, y la creación de contralorías y vistadurías internas. Los grupos criminales han logrado la complacencia y participación de los cuerpos policíacos en el desarrollo de sus actividades delictivas.
Apenas el pasado jueves 5 de noviembre, elementos de la policía ministerial detuvieron a José Luis Medina Hernández, director de Seguridad Pública de Tultitlán por encabezar, presuntamente, una banda dedicada al robo de mercancía.
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