Dicha tendencia coloca a la entidad en el primer lugar en materia de secuestros, y en el cuarto en materia de ejecuciones.
Las ejecuciones de varios secuestrados, reveladas por Reporte Índigo, señalan que Ramiro Sánchez Castrejón, Alfonso Correa González, Héctor Antonio Hernández Armas, Socorro Rodríguez Rodríguez, Antonia Álvarez López, Mariana Romero Jaramillo, Fátima Nayeli Popota Patiño, Juan Manuel Fuentes y una víctima más no identificada, tenían algo en común: fueron privados de su libertad y asesinados en el territorio mexiquense sin que la autoridad informase nada al respecto.
De acuerdo al Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad (ICESI), en el Estado de México y el Distrito Federal existen 300 bandas delictivas dedicadas al secuestro, que actúan con toda impunidad.
Algunos reportes indican que México, en general, y el Estado de México, en particular, ocupa un absoluto primer lugar a nivel mundial en secuestros Express y extorsiones telefónicas por medio de falsos plagios”, y que por la falta de acción de las autoridades para combatir este delito, se calcula que las grandes empresas mexicanas invierten entre cinco y 15 por ciento de su presupuesto anual en seguridad. Los países que le siguen a México por mayor índice de raptos son Irak, India, Sudáfrica y Brasil.
La organización IKV-Pax Christi, reportó hace días que en nuestro país “se está repitiendo el mismo fenómeno que en Colombia en los años ochenta y noventa: altos índices de secuestros en ciudades, Cali y Medellín, donde la mafia es la reina y señora. Para las mafias de las drogas, los secuestros forman un lucrativo ingreso adicional sobre sus percepciones por el tráfico de enervantes”, dice la organización europea.
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