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miércoles, 9 de julio de 2008

Sancionarían a políticos que incumplan promesas

Todos los candidatos a un puesto de elección popular deben estar sujetos a la obligatoriedad de cumplir sus compromisos de campaña en caso de llegar al Gobierno o a la representación popular, para lo cual es necesario estampar en la ley del Estado el marco jurídico necesario que permita la fiscalización de las plataformas proselitistas, así como una sanción a quienes evadan su responsabilidad político electoral.
Así lo señalaron consejeros electorales, académicos, destacados juristas y especialistas en la materia que se dieron cita este martes en el panel denominado “Sanciones a quienes incumplan promesas de campaña”, convocado por la diputada local del PRI, Ana Lilia Herrera Anzaldo, principal impulsora de esta iniciativa.
De esta forma se catalogó como impostergable el hecho de que toda ley electoral debe contemplar un apartado que obligue a los aspirantes a un cargo de elección popular firmar sus compromisos, darles seguimiento y cumplirlos para que la ciudadanía que voto por ellos no resulte defraudada al final del periodo constitucional de cada gobierno.
La propuesta central se dirigió a poner como tope mínimo de cumplimiento el 75 por ciento de las promesas de un candidato, mismo que de no concretar sus postulados que lo llevaron al poder pudiera recibir como castigo la destitución del cargo que obtuvo mediante el voto ciudadano.
“No sólo se debe de contemplar alguna especie de sanción o castigo a los candidatos que no cumplan, la ley debe sancionar también a los partidos que los postularon porque de ahí viene el principal problema, sus partidos no los obligan a cumplir sus promesas”, refirió la consejera electoral mexiquense Ruth Carrillo Téllez. Y es que los mil 688 cargos de elección popular que se ostentan en el Estado de México (desde gobernador, diputados, alcaldes, síndicos y regidores) sólo el mandatario estatal firmó en campaña sus compromisos con lo ciudadanos y aunque los va cumpliendo durante su sexenio no hay una ley que lo obligue o sancione en caso de no corresponder a su palabra.

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