La carencia de geriatras, pero sobre todo el descuido de la familia mexicana hacia el anciano convierte al Alzheimer -o el llamado "mal del olvido"- en un enorme reto para el sector salud, pues si bien actualmente en México cerca de 500 mil personas padecen esta enfermedad, en menos de 10 años podría triplicarse, tomando en cuenta que la población mayor tiende a crecer año tras año.
Su origen es incierto y puede afectar a cualquier persona, independientemente de sexo, escolaridad, ocupación, raza, clase social, además de que su comienzo es impredecible y evoluciona de manera diferente en cada caso.
El llamado "mal del olvido" es una que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales, y se caracteriza en su forma típica por una pérdida progresiva de la y de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian.
La enfermedad suele tener una duración media aproximada de 10-12 años, aunque esto puede variar. Dicha enfermedad progresiva, degenerativa e irreversible de la corteza cerebral provoca el deterioro de la memoria, orientación, juicio, lenguaje, personalidad y conducta, por lo que influye en la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria.
La mayoría de las víctimas de esta enfermedad son personas mayores de 65 años; sin embargo, puede atacar a edades mucho más tempranas. Un diagnóstico temprano de la enfermedad ayuda a los pacientes y a sus familias a planear el futuro. Asimismo, les da tiempo para considerar las opciones de atención.
Síntesis informativa de los medios Impresos de Toluca, Edomex.
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